Una de las actividades primarias más importantes del mundo, es la pesca, la cual ha sido recurso vital de civilizaciones antiguas que la han convertido en un modo de vida, lo cual contribuyó en gran medida al establecimiento de comunidades nómadas dando origen a pueblos sedentarios que se asentaban en los litorales.
Pero nada de esto sería posible sin la gran riqueza que nos ofrecen los océanos, pues como ecosistemas, aportan gran cantidad de especies de animales que podemos consumir los humanos.
Diversas variantes de pescados, algas, crustáceos etc. son solo algunos de los productos que se pueden extraer de los océanos, representando una parte importante de los recursos alimentarios de todo el mundo.
Los océanos son fuente de vida y prosperidad, sin embargo también están siendo contaminados por el consumo excesivo de productos no degradables que terminan siendo desechados en los mares y ríos, y que eventualmente desembocan en los océanos.
Las iniciativas principales que se tratan de incentivar, son principalmente, evitar la devastación de los ecosistemas oceánicos al preservar la integridad de estos y de las especies que habitan en ellos, así como evitar la contaminación de los océanos que afecta gravemente al equilibrio ecológico del planeta.
Lo que pocos saben es que los océanos no son solo una inmensa masa de agua salada, sino que contribuyen enormemente en la conservación del equilibrio ambiental ya que gracias a los procesos que se desarrollan en él, son la fuente de oxígeno más grande del planeta, incluso más grande que los bosques y las selvas.
Es por esta y muchas razones más que los océanos deben ser procurados con tanto esmero como nos sea posible, para así garantizar el bienestar de toda la diversidad biológica que habita en ellos y que debemos proteger a toda costa.